Me cogió el Carranza!

Casi se me olvida. Ayer fui al Puerto de Santa María por trabajo y me cogió por primera vez el puente abierto. ¡Qué recuerdos! La última vez que vi un puente levadizo fue en Sevilla, cuando el hermoso puente de Alfonso XIII, más conocido como el Puente de Hierro, aún estaba en su sitio antes de ser abandonado a su suerte. 

Qué de veces crucé el puente volviendo de la salida de fin de semana, con la boca llena de "pictolines" para disimular el olor a tabaco, algo bebido y siempre con el corazón destrozado por alguna niña pija...Cómo me alegro de conservarme tan bien, ahora que cuando me cruzo con ellas están criando niños, con  los estragos que la edad y el exceso de maquillaje les han dejado en sus caras orondas; muchas están casadas con tipos tan divertidos como hacer la declaración de la renta:castigo de Dios...

La vida tiene esas cosas. Yo sigo siendo canijo. Y a mucha honra.