El hombre objeto
Recientemente me encontré a una ex-novieta. Estuvimos charlando animadamente, a pesar de mi recelo inicial ante la posibilidad de que me empezara a echar en cara cómo llevé nuestra relación sentimental; yo era bastante reticente a tener relaciones duraderas después de mi separación y era bastante capullo.
Casi al final de nuestra conversación, recordando los buenos momentos y los no tan buenos, saqué el tema de cómo me sentía por haber sido tan mal pareja. Cuál fue mi sorpresa cuando me contó que no se lo había tomado tan mal, porque yo había sido para ella una relación meramente sexual. Yo, en mi egocentrismo natural, me había hecho una idea equivocada. Nada más terminar conmigo, se fue con otro fulano muy interesante y tal y tal.
Nos despedimos con la falsa intención de quedar otra vez, como si la presente ocasión no hubiera sido fruto de un encuentro fortuito. Volví a casa pensando en lo que había descubierto de mi mismo: fui un hombre objeto. Lo peor es que me gustó haberlo sido. Como dice en mi pueblo: el que nace puta...
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