La vida del Inconstante en cómic-fotonovela
Ser inconstante requiere una capacidad mental poco común que podríamos denominar "desidia progresiva bipolar". Es esta capacidad mental (no defecto, ya que se acostumbra uno a ella) la que hace que todo lo que emprendo termine en el cajón desastre de los actos potenciales. La famosa "maqueta", de cuando quería ser una "rock´n´roll star", es buen ejemplo de esto que digo, así como la colección de instrumentos musicales que puedo tocar cual burro de La Fontaine.
Creo que es algo heredado de mi tío Baldomero, artista multidisciplinar evolutivo, que desde que yo tengo memoria ha hecho de todo, desde pintura al óleo a elaboradas maquetas de Ibertren, pero mezclado con la "malafollá" para con el arte de mi padre y su adicción al trabajo.
Es duro ser inconstante. Ayer estuve enseñando a Gemma mi cuaderno de cómics de mis últimos años de universitario. Tengo viñetas que, si no fuera porque aún guardo la memoria de haberlas dibujado yo de propia mano, juraría que son de otra persona. Ahora que he perdido todo talento, gracias al trabajo*, a pesar de que puedo desarrollar para mis ocupaciones profesionales las habilidades aprendidas en mi inconstante búsqueda de la manifestación artística que más plenitud me proporcionara, no soy capaz de hacer la "o" con un canuto.
No obstante, gracias a los adelantos técnicos del s. XXI, puedo hacer cómics sin tocar un lápiz ni una plumilla, lo cual es de agradecer cuando uno se especializó en la asignatura de Dibujo Técnico en emborronarse de tinta por doquier, más que a en otra cosa. No se si se puede considerar cómic o fotonovela, pero al menos me llena lo suficiente para evitar la confusión mental que me produce tener ganas de dibujar y no poder trazar una línea a voluntad. Así que, de momento, La Vida del Inconstante contará con versión cómic, gracias a la aplicación Comic Life y a la cámara de mi iPhone. Espero que os guste.
En fin, mejor me dedico a leer, que es lo único que hago sin descanso desde que aprendí a descifrar el lenguaje escrito, junto con fumar y las necesidades fisiológicas inevitables, claro...
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