Bono y la pota del académico, por Luís Díez (Diario Público)



Los nuevos aristócratas


Se preguntaba José Bono ante los alumnos de verano de la Universidad Rey Juan Carlos qué ocurriría si cualquier político escribiera un artículo referido a un grupo profesional, escritores, periodistas, cineastas, quienes ustedes quieran y lo encabezara con el título “Esa gentuza”. ¡Ahí es nada! Tanto él como la vicepresidenta del Congreso, Teresa Cunillera, han salido en defensa de los diputados frente a las lindezas que bajo el mencionado rótulo les dedica el académico Arturo Pérez-Reverte en el suplemento dominical de un diario conservador. Cunillera prefiere pensar que don Arturo padece “un desconocimiento supino del trabajo y la dedicación de los parlamentarios”. Y le cuenta su experiencia. Bono le dice que, cuando se sienten bascas, lo prudente es no escribir ningún artículo, sino recurrir a un antiemético, pues el académico se justifica: “Tenía ganas de echar la pota”.

(Fuente:Diario Público, 29/07/09)

Es de lo más significativo que el Sr. Bono, socialista aspirante a aristócrata, haya puesto el grito en el cielo al respecto del artículo de OPINIÓN de Arturo Pérez Reverte. La Sra. Cunillera, a la zaga también abre la boca, sin saber que la mayoría del país no tiene ni puta idea de quién es esta señora. Parece que les sienta mal que alguien quite el velo al montaje de los políticos de este país.

Perdonen que les diga que lo que expresó el Sr. Reverte, no sólo académico y escritor, sino además un respetado corresponsal de guerra durante muchos años -precisamente en las guerras que la gente como usted, Sr. Bono, ex-ministro de Defensa, fomentan y abastecen desde sus poltronas (apoyando la "Industria de la Muerte" española) y que conocen tan sólo desde la seguridad de sus visitas, en helicóptero, con escoltas y antibalas-, es en gran parte lo que opinan todos los españoles que no deben favores ni aceptan prebendas de ustedes, los políticos que no se bajan los sueldos a pesar de la crisis, los que se reúnen en Palma de Mallorca en Consejo de Ministros aprovechando el veranito, y los que hacen el gilipollas cantando "Cumpleaños Feliz".

En política se meten sólo los mansos, los que aceptan sin chistar la disciplina de partido, los que creen que ser de izquierdas es muy progresista y los que los dirigentes de los partidos escogen, la mayor de las veces mediante el nepotismo. No existe la democracia en los partidos políticos españoles, no se da la voz a las bases, como demostraron hechos como la defenestración política de Josep Borrell a favor del insulso Almunia. Y que conste que hablo en plural. Me da lo mismo que se sientan aludidos los de uno u otro bando; al fin y al cabo las diferencias son escasas, lo que explica el mantenimiento de este turnismo político que tan bien les está sentando a sus señorías todas. Esos, que venden sus ideas a cambio de aposentar sus orondos culos en los sillones oficiales, son gentuza, les guste a ustedes o no. Y por supuesto que hay muchos políticos honrados y que trabajan por el bien de todos, no hay que olvidarlo, pero normalmente no llegan a nada porque siempre hay quién se vende mucho más barato, casi gratis e incluso pagando encima. Eso sí, ninguno de ellos se sentiría ofendido por el artículo de Pérez Reverte, porque una cosa es callar por el bien del partido y otra es intentar hacer de lo blanco negro.

Estamos hasta los mismísimos de aguantar chuminadas o polladas (para no ser políticamente incorrecto), porque la mayoría de los españoles lo que queremos es trabajar y ganarnos la vida honradamente, sin tener que sobornar a nadie con trajes y otras fruslerías. Ya que ustedes tienen la suerte de obtener, a cambio de promesas falsas, un trabajo que les va a recompensar con pensiones vitalicias, mejoría en la posición social y prestigio para trepar en la empresa privada (porque yo no conozco ningún político de los de ahora que, al salir de la vida política, se ponga a trabajar con pico y pala), por favor: trabajen para mejorar la situación de todos los que les votan y déjense de discusiones estúpidas, que queda mucho por hacer.

Y para acabar: a los políticos los elige el pueblo, incluido el Sr. Pérez-Reverte (aunque como es una persona inteligente, supongo que no perderá el tiempo en ir a votar), así que a joderse tocan con las críticas que les hagan. Los demás colectivos, "escritores, periodistas, cineastas, quienes ustedes quieran", no se deben a lo público, sino al público, que es muy distinto. Ustedes, sí. Con la diferencia siguiente: si un cineasta hace bodrios, nadie va a ver sus películas al cine; a ustedes, hagan lo que hagan, hay que aguantarlos por cojones al tener que votar en listas cerradas. Y no saquen a relucir la tan manida fórmula de pedir reflexión antes que exabruptos, que ya reflexionamos bastante cada día cuando decidimos seguir con nuestra vida normal, en vez de juntarnos todos y empezar una revolución aprovechando que es verano y no hay liga.




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