Energía solar, ¿una alternativa? ¿a qué precio?

El disponer de una fuente inagotable de energía, como es la solar, acaba con los principios tradicionales del capitalismo, como señala J.M. Naredo, La economía en evolución. Historia y perspectivas de las categorías básicas del pensamiento económico, 20 ed., Madrid, 1996, p. 119:

"La ciencia económica reposa sobre una tautología elemental que la obliga a reproducir la escasez y no a conseguir la abundancia. Pues si el objeto de la ciencia económica son las riquezas y no las cosas útiles en general y si toma como objetivo acrecentar el subconjunto de aquéllas -por definición escasas- y no el conjunto de cosas útiles, este objetivo conducirá a la escasez y no a la abundancia: por mucho que se aumenten las riquezas no por ello dejarán de ser lo que son por definición escasas y trabajosas de obtener. Las empresas que tengan como móvil acumular beneficios pecuniarios por la venta de productos nunca trabajarán para hacer que éstos se conviertan en abundantes y gratuitos, sino en recortar esta posibilidad que, si ocurriera, les quitaría su razón de ser".

Es indiscutible que, en este dilema, el sistema tradicional preferirá la energía nuclear, derivada del escaso uranio, a la solar, y que sólo por necesidad abandonará sus planteamientos. Es lo que empieza a ocurrir ante el agotamiento de los recursos energéticos tradicionales y el grado de insostenibilidad ecológica al que se ha llegado, que nos aboca a la extinción.

Puede verse en el proyecto recientemente puesto en marcha y que anuncia la web:

http://calentamientoglobalchile.blogspot.com/2009/06/en-desierto-de-sahara-se produciria.html de fecha 18/6/2009:

- En el desierto de Sahara se produciría energía solar para Europa y el Norte de África.

De marchar todo bien, en un mes grandes consorcios alemanes firmarán una iniciativa que podría, en diez años, proveer de energía solar barata y limpia a toda Europa.

Desertec: un viejo sueño

Monumentales parques solares proveerán, de ir todo bien, en diez años de energía a Europa. Para ello, instituciones y 15 empresas alemanas de energía así como consorcios financieros, firmarán el 13 de julio próximo una iniciativa industrial. Así lo informan portavoces de la gigante aseguradora Münchener Rück y del consorcio Siemens.

Para la construcción de centrales solares en el desierto del Sahara se necesitan unos 400 mil millones de euros [¿Cuánto se les ha dado a los bancos que han provocado la crisis económica?]. Los planes de energía solar han sido desarrollados por la iniciativa Desertec*, fundada por el círculo de expertos del Club de Roma. El concepto, sin embargo, no es nuevo.

Un viejo sueño de la ciencia y las aseguradoras

Los científicos han cifrado grandes esperanzas en la producción de energía solar en los desiertos. Sin embargo, hasta el momento nunca se había cristalizado ningún gran proyecto en África. A mediano plazo, se trata de ganar más socios europeos y norafricanos para este ambicioso proyecto. Aparte de la Münchner Rück, la voz cantante de la iniciativa, las empresas de energía RWE y EON, así como el Deutsche Bank entre otras empresas especializadas en energía solar, se unirían a la iniciativa. La Münchner Rück siempre vuelve a tener que pagar por los inmensos daños que provocan las catástrofes naturales originadas en el cambio climático.

Centrales a base de energía solar existen desde 1985. Estas centrales termosolares almacenan mediante colectores parabólicos el calor solar y lo transforman en energía. La ventaja de tales centrales es que se las puede dotar de sistemas de almacenamiento que pueden producir la energía cuando el sol no brilla.

"Es un hecho que la oferta solar en el norte del África y en Europa del Este es mucho mejor que en Europa Central y bastante mejor que en el sur de Europa. Incluso en España, el sol no brilla con tanto fuerza como en el norte africano. Allí, además, hay suficiente espacio no utilizado. Y, según los cálculos, un mínimo porcentaje del desierto –entre 2 y 3 por ciento- bastaría para abastecer de energía a la región y a Europa", infoma Pitz-Paal, catedrático para Energía Solar del Instituto para Técnica Termodinámica que es parte del Centro Alemán para Aeronáutica (DLR).

Ver imagen en Großansicht des Bildes mit der Bildunterschrift: Central solar en California (http://www.dw-world.de/popups/popup_lupe/0,,4403993_ind_3,00.html)

El DLR colaboró en la elaboración del concepto para proveer de energía solar proveniente del África a los países de Europa Central, al Este europeo y al África del Norte. En el concepto Desertec se asevera que dado que el sol brilla en el Sahara tres veces más que en Europa Central, la producción de energía sería incluso 2/3 más barata que aquí. Eso, en teoría. "A pesar de todas estas ventajas, el precio de la energía de estas centrales solares es hoy más alto que la producida con materias fósiles".

Eso radica en que la tecnología se encuentra todavía en sus comienzos y que los costos de inversión son altos. Además, se requiere de una inmensa red para pasar la energía a Europa. Pero, aunque las inversiones iniciales sean mayores que las de las centrales de hoy, "para ellas se requiere comprar el material con el que funcionan", asevera Pitz-Paal. Con el nuevo tipo de central, el material viene incluido en el precio.

La construcción de la red también ha sido considerada por DLR. La energía se puede enviar con bajas pérdidas a través de red de corriente continua de alta tensión. Así en el transporte se perdería máximo un 15 por ciento. Dentro de los próximos tres años, Desertec planea poner sobre la mesa sus planes concretos.

DLR, por su parte, prevé que hasta el año 2050 Europa podría recibir un 15 por ciento de sus necesidades energéticas del desierto. Pitz-Paal considera realista la perspectiva, siempre y cuando todos los interesados colaboran intensamente. En el grupo de interesados se incluyen los países de Oriente Medio y Noráfrica.

No ser sólo un país de tránsito

Según, Amal Haddouche, directora del Centro de Energías Renovables de Marruecos, éste no puede ser sólo un país de tránsito, pues también existen necesidades de abastecimiento. "Dependemos en un 95 por ciento de nuestro sumistradores. La cuestión de la seguridad energética es crucial", asevera Haddouche.

Justo países como Marruecos, que no cuentan con una producción propia de petróleo, tienen mucho interés en Desertec. Aparte del suministro energético, Marruecos espera solucionar el problema del abastecimiento del agua. Las centrales solares producen calor que se pierde en el aire y que podría a su vez ser utilizado para purificar agua de mar.

¿Falta de voluntad?

La falta de infraestructura retrasa la puesta en marcha del proyecto y con ello el sueño europeo de importar energía limpia y barata del desierto. En los países del Cercano Oriente y del Noráfrica habría que generar primero una industria local [o sea, la necesidad para hacer rentable la inversión del capital, que es lo único que interesa al capitalista] para abastecer el mercado nacional. Y en este punto, "Europa tiene que ofrecer ayuda financiera", opina Pitz Paal, para quien la realización de Desertec es sólo cuestión de la voluntad de los interesados [o sea, no se hace porque no interesa al capitalismo, no porque no se pueda ni sea socialmente necesario]. Los altos precios del petróleo y la amenaza de catástrofes climáticas podrían aportar a aumentar el grado de voluntad.

En resumen, posible es la creación de centrales solares en diversos puntos del Norte de Africa. Según cálculos de Siemens, en una superficie de 300 kilómetros cuadrados del Sahara se podría producir toda la energía requerida por el planeta. Un criterio importante: las centrales tienen que emplazarse en países políticamente estables.

Autor: Khalid El Kaoutit / Mirra Banchón

(Fuente:http://calentamientoglobalchile.blogspot.com/)

*Descarga del archivo en inglés del proyecto y más información en:
http://www.desertec.org/fileadmin/downloads/DESERTEC_RedPaper_2nd_en.pdf



La idea no es mala, sólo que olvidan algo fundamental: el desierto del Sahara, como el resto de zonas áridas del planeta Tierra, son ecosistemas en si mismos, tan susceptibles de proteger como los humedales o los océanos. El que no haya población en gran número en estas zonas del mundo no las convierte en "tierra de nadie" donde establecer una industria basada en la energía solar. Igualmente, resulta sospechoso que se pretenda impulsar una nueva forma de suministro de energía que favorecerá sin duda a los mismos países que ahora son los mayores productores de petróleo del mundo (tan sólo vean los mapas que acompañan al "red book" que se descarga en el enlace).

Me parece más una alternativa encaminada a preservar el sistema vigente -para que me entiendan, que venderán la energía producida por el sol en las mismas estaciones de servicio en las que ahora nos venden la gasolina-, así como las desigualdades existentes en los países mencionados, que no se caracterizan precisamente por sus regímenes democráticos y tolerantes. Esperemos que los ecologistas no entren al trapo y condenemos los desiertos del planeta a una industrialización limpia y sostenible que acabe con su fisonomía, su fauna, su patrimonio cultural -material pero sepultado, inmaterial pero vivo en las tribus nómadas- y su belleza.

Alguien se ha repartido ya el mundo del siglo XXII y ha planeado cómo será el futuro. No por sabido resulta menos inquietante.


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