1 de julio
Es sorprendente cómo se puede notar una huelga en el sector de la construcción. El tráfico rodado en la calle parece el de un día festivo, no se escucha el ruido de las hormigoneras, las grúas, los camiones, los martillos hidráulicos. El seguimiento de la jornada de paro en los tajos de la ciudad de Cádiz es notable.
La gripe A sigue atacando. El fallecimiento de la joven de Madrid, inevitable a juzgar por las palabras de la ministra de Sanidad y los doctores que la atendieron, opinión no compartida por los familiares, ha elevado el grado de preocupación de la población. Tres veces acudió a los servicios de urgencia, y no fue hasta la última vez que quedó ingresada por la gravedad de su estado. Aparentemente, no presentaba síntomas de gripe A, enmascarados éstos por el estado de gravidez. Pero, en un sistema de salud en el que se cuida especialmente a niños y embarazadas, deberían de haberse preocupado más por un estado general de salud que no podía atribuirse a un embarazo. Especialmente en una situación de alerta sanitaria declarada.
Sobre el asesino de Mari Luz, mejor no comentar nada. Es necesario que se establezcan medidas legales proporcionales al daño causado en el caso de pederastas, violadores y asesinos de niños. No son enfermos, son alimañas que atentan contra el futuro de la sociedad. No deberían tener beneficios penitenciarios, reducciones de condena ni demás prebendas.
Personalmente, pienso que lo mejor sería que lo enterraran hasta el cuello en las marismas del Odiel durante la marea baja, dejándolo allí mientras crece el nivel del mar. Digamos que no sería pena de muerte, sería muerte por causas naturales. Esto también podría aplicarse a los asesinos de Marta del Castillo. Lamentablemente, en esta sociedad "civilizada", no se ve con buenos ojos que el estado sea el garante del cumplimiento de la ley a través de castigos no encaminados a la reinserción. Así nos va. Ahora bien, como te pillen robando una gallina para comer, igual te caen 30 años.
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