La pasajera que pierde el vuelo 447 muere en un accidente de tráfico
Como que el único Dios/a al que se puede adorar porque es el/la más justo/a y existe de cierto, es la muerte.
Una italiana que tenía previsto volar en el avión de Air France se salva de morir en el Atlántico para perecer en un accidente automovilístico en Austria.
Una ciudadana italiana que la semana pasada tuvo la fortuna de perder el vuelo 447 de Air France que se precipitó al océano Atlántico ha muerto en un accidente automovilístico en Austria, según la versión digital del medio británico The Times.
Johanna Ganthaler, jubilada y natural de la región italiana de Bolzano, había pasado unos días de vacaciones en Brasil junto a su marido. Ninguno de los dos se embarcó en el avión de Air France que cayó al mar el pasado 31 de mayo con 228 personas a bordo y del que no quedó ningún superviviente. Según informa la agencia italiana Ansa, el matrimonio abandonó Río de Janeiro un día después en otro vuelo.
Pero el sortear la calamidad no fue sinónimo de vivir mucho tiempo más: una semana después de la catástrofe aérea, Ganthaler falleció en un accidente de coche en Kufstein (Austria) cuando el vehículo en el que viajaba chocó contra un camión. Su marido se encuentra gravemente herido.
(Fuente:El País)
Como me recuerda esto el cuento del Criado y la Muerte:
Érase una vez, en la ciudad de Bagdad, un criado que servía a un rico mercader. Un día, muy de mañana, el criado se dirigió al mercado para hacer la compra. Pero esa mañana no fue como todas las demás, porque esa mañana vio allí a la Muerte y porque la Muerte le hizo un gesto. Aterrado, el criado volvió a la casa del mercader.
-‘Amo’, le dijo, ‘déjame el caballo más veloz de la casa. Esta noche quiero estar muy lejos de Bagdad. Esta noche quiero estar en la remota ciudad de Ispahán’.
‘Pero, ¿por qué quieres huir?’.
‘Porque he visto a la Muerte en el mercado y me ha hecho un gesto de amenaza’.
El mercader se compadeció de él y le dejó el caballo, y el criado partió con la esperanza de estar por la noche en Ispahán.
Por la tarde, el propio mercader fue al mercado y, como le había sucedido antes al criado, también él vio a la Muerte.
‘Muerte’, le dijo, ‘¿por qué le has hecho un gesto de amenaza a mi criado?’.
‘¿Un gesto de amenaza?’, contestó la Muerte, ‘no, no ha sido un gesto de amenaza, sino de asombro. Me ha sorprendido verlo aquí, tan lejos de Ispahán, porque esta noche debo llevarme en Ispahán a tu criado’».
Moraleja: "Corre, corre, corre, que te van a echar el guante..." (Rosendo Mercado dixit) o también: No tengas prisa por vivir, que al final de la carrera siempre te espera la muerte.
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