Donde dije digo...

Por todos es sabido que en la vida no se puede afirmar nada con rotundidad. Aquel que se crea en posesión de verdades absolutas es un necio o un loco. La adaptación al medio no es sólo una ley natural, que si se incumple lleva a la extinción de la especie; también es una vía de socialización entre millones de seres diferentes entre si pero iguales en esencia. Todo lo que no evoluciona, perece en las turbulentas aguas de la Historia.

Con la edad he aprendido a no cuestionar decisiones ajenas,ni a apresurar la toma de las propias sin antes meditarlas en profundidad. Pero hay experiencias en la vida que te marcan cuál es tu camino. Sé que el matrimonio no es mi estado civil apropiado, aunque de hecho mantengo una relación más sólida que cualquier unión refrendada por sacerdotes, jueces y alcaldes. Creo que es el hecho de tener que justificar socialmente mis sentimientos lo que me incómoda realmente.

Lo que quiero decir es que no pienso casarme de nuevo, a no ser "in articulo mortis". Más que nada por ser consecuente con mi forma de ser y pensar.

Sin embargo,hay veces en las que dudo al respecto de mi postura. Y una de ellas es, sin duda, cuando veo cómo unos amigos se deciden a dar el paso de comprometerse, especialmente si son personas maravillosas con un hermoso futuro como pareja, como es el caso de J. y A. (Ellos saben que me refiero a ellos,no es necesario dar nombres).

Es la mejor forma que tengo de expresar mis más sinceras felicitaciones para su enlace matrimonial, que celebran el próximo sábado.

Sed felices y comed perdices...o lo que caiga en la olla.

Un abrazo!

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