Oriente-Occidente para Dummies

A finales de 1979, la Unión Soviética invade Afganistán. El gobierno de los EE.UU., para dar por saco a los rusos comunistas rojeras, ayudan con armas y entrenamiento militar a los talibanes que se opusieron ferozmente a la invasión. Entre ellos está Bin Laden.

Inciso Bin Laden:

Bin Laden, en 1980 comienza a reclutar guerrilleros para la resistencia y establece sus primeros campamentos. Entrenado por la CIA aprendió cómo mover dinero a través de sociedades fantasmas y paraísos fiscales; a preparar explosivos; a utilizar códigos cifrados para comunicarse y a ocultarse. Por esa época los Estados Unidos colaboraban incondicionalmente con los grupos afganos, debido a su participación en la guerra contra la URSS (entre 1979 y 1989 los norteamericanos entregaron cerca de tres mil millones de dólares a la resistencia afgana, que favoreció a Bin Laden). Después de la retirada soviética en 1989, bin Laden regresó a su país como un héroe, pero su objeción a la presencia de tropas estadounidenses en Arabia Saudí durante la Guerra del Golfo le llevó a una creciente desavenencia con los líderes de su país.

En 1988 creó con apoyo estadounidense una red terrorista conocida como al Qaeda (en árabe: القاعدة al-qā`ida, "la Base"), la cual consistía, en gran medida, en militantes musulmanes que Bin Laden había conocido en Afganistán, tales como su lugarteniente Aymán al-Zawahirí, junto con el propio Bin Laden. El grupo presuntamente financió y organizó varios ataques por todo el mundo, incluidas la detonación de coches bomba contra blancos estadounidenses en Arabia Saudí en 1996, el asesinato de turistas en Egipto en 1997, y los ataques con bomba simultáneos a las embajadas estadounidenses en Nairobi (Kenia) y en Dar es Salaam (Tanzania) en 1998, los cuales terminaron con la vida de casi 300 personas.

En 1994, después de que el gobierno saudí confiscara su pasaporte después de acusarlo de subversión, Bin Laden huyó a Sudán, donde se le acusa de haber organizado campos de entrenamiento terroristas y de donde fue finalmente expulsado en 1996. Luego regresó a Afganistán, donde recibió protección de los talibán, la milicia gobernante.

Entre 1996 y 1998, bin Laden emitió una serie de fatwas (en árabe: "decretos religiosos") declarando una guerra santa contra los Estados Unidos, al cual acusó, entre otras cosas, de saquear los recursos naturales del mundo musulmán y de ayudar e incitar a los enemigos del Islam. Al parecer la meta de bin Laden era involucrar a los Estados Unidos en una guerra a gran escala en el mundo musulmán, que terminaría con los gobiernos musulmanes moderados y restablecería el califato (i.e., un único Estado musulmán). Con este fin, al Qaeda, con la ayuda de la considerable riqueza de bin Laden, entrenó y equipó a terroristas. Tuvo miles de seguidores por todo el mundo, en lugares tan diversos como Arabia Saudí, Yemen, Libia, Bosnia, Chechenia y las Filipi
nas.*


En 1989 los soviéticos salen de Afganistán, dejando aquello planchado y en manos de los talibanes, aliados de los estadounidenses hasta el momento. Se impone la ley islámica y cambian de enemigo. Ahora el diablo es USA. Se destruyen vestigios de religiones y culturas anteriores, como los Budas de Bamiyan.

Afganistán se convierte en centro de entrenamiento de terroristas yihadistas, como no podía ser de otro modo. Lo mejor es que pueden utilizar lo aprendido de los asesores norteamericanos en contra de ellos mismos.

En 2001, tras los ataques al World Trade Center, EE.UU. decide aprovechar la coyuntura para hacer de oro al "lobby" del armamento y declara la guerra contra el terrorismo. Invaden Afganistán para acabar con Bin Laden y, como no lo encuentran, pues deciden invadir el país que le regalaron a otro ex-colega, Saddam Hussein, a cambio de que molestara a los iraníes, que en los 80 empezaban a ser tan malos, malísimos, como los comunistas. Se invade Irak con la excusa de las armas de destrucción masiva, que nadie ha encontrado hasta la fecha. Saddam es ejecutado para que no largue por esa boquita acerca de sus acuerdos con EE.UU. El país se sume en un caos de facciones religiosas, insurgentes y colaboracionistas, marines y coches bomba.

Ahora Afganistán sigue en guerra, con el empeoramiento de la situación, porque han dejado al cargo de aquello a una panda de señores de la guerra -como los de Washington, pero sin uniformes y medallitas- que campan a sus anchas a cambio de mantener la "paz" en sus territorios; feudalismo en pleno siglo XXI, todo muy moderno. Hay hasta elecciones "democráticas" (entrecomillado porque no sé si considerar democrático un país en el cual las mujeres son forzadas a llevar burka hasta en la foto del DNI) que nadie sabe quién ha ganado, porque hay un montón de votos de colegios electorales que ni siquiera abrieron sus puertas en el día de la llamada a urnas.

La ONU, haciéndose la tonta, apoya la intervención norteamericana y británica, con el apoyo de países chusqueros que acuden a la llamada del amo, a ver si les caían unas mijitas del reparto de los recursos naturales de los países invadidos. Aznar lame el culo de Bush a base de bien -que a lo mejor es lo que da esos abdominales que luce ahora, quién sabe- y nos mete de lleno en el conflicto que crearon los mismos lumbreras del gobierno norteamericano. Zapatero ve que la ocasión la pintan calva y promete sacar a España de la guerra de Irak, que es la mala; la de Afganistán es la buena, así que seguimos enviando tropas que no van a una guerra, al parecer, sino a mantener la paz, aunque se escape un tirito de vez en cuando y mueran soldados españoles y civiles, además de talibanes.

La cosa pinta mal, porque visto lo visto, parece que a Bin Laden le ha salido la jugada perfectamente. Cada día se abre más la brecha entre Oriente y Occidente, con un repunte de la extrema derecha en Europa, ataques racistas y la crisis económica. En Oriente, unos pocos viven de puta madre con los ingresos del petróleo y de las inversiones que hacen en países infieles, mientras explotan a otros musulmanes en obras faraónicas. El islamismo radical se nutre de esta desigualdad social para obtener mártires y expandirse por el mundo. Si ahora la cosa está calentita, verán cuando se acabe el petróleo...

Y con el siempre presente conflicto Palestino-Israelí, dale que te pego, al igual que los ayatollahs de Irán, empecinados en salvarnos a todos de los valores pútridos de Occidente.

Todo esto como sucesión de eventos, sin entrar en juicios de valor, ya que en este blog lo que se busca es que sea muy chuli y que todo el mundo que lo lea considere que estoy a la altura de mi ego (ver comentarios a la entrada: Afganistán: el conflicto interminable)

* Fuente: Wikipedia (Ya sé que no es muy fiable, pero es que los libros tampoco lo son ya...)

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