La escalada de tensión por Osetia del Sur

Osetia del Sur, que limita al norte con Osetia del Norte, república integrada en la Federación de Rusia, arrastra un conflicto separatista con Georgia desde la independencia de la república ex soviética en 1991. Sin embargo, fue a partir de 1995 cuando las disputas territoriales brotaron con más fuerza después de que las autoridades georgianas se enfrentasen con los separatistas locales.

El 19 de enero de 1992, la mayoría de los habitantes de Osetia del Sur votó a favor de su incorporación a Rusia, tras lo cual empezaron a recibir ayuda desde el Norte, de donde llegaron combatientes. Las autoridades surosetas convocaron un referéndum de independencia el 12 de noviembre de 2006. El 99% de la población local votó a favor de la independencia, aunque Tbilisi no reconoció la validez de la consulta popular. Casi el 90% de los surosetios tienen ciudadanía rusa.

Como Abjazia, es una región de gran interés para Rusia y Occidente, ya que por allí pasan importantes rutas de transporte energético. Formalmente pertenece a Georgia aunque de hecho es soberana. Los surosetios gozan de una independencia de facto (como los abjazos), pero no controlan su territorio. Los militares georgianos ocupan varias alturas que les permiten bombardear tanto Tsjinvali como otras localidades. Desde la independencia de Kosovo, Rusia ha mostrado su apoyo político y financiero y su relación especial con ambas regiones.

El cruce de acusaciones entre Tbilisi y Moscú ha sido una constante en el largo conflicto que arrastran ambos países. Georgia, amparada por Estados Unidos y la UE, acusa a Rusia de "incentivar el separatismo". El Kremlin, por su parte, culpa a Georgia por la escalada de tensión y por no poner fin a las disputas territoriales. La última crisis entre ambos países llegó con las acusaciones georgianas por el derribo de un avión espía por parte de Moscú.



(Fuente: Elpais.com)

¿Cuándo nos daremos cuenta de que el enemigo de todos es el ansia de riqueza y poder? Los separatismos nacionalistas ya no tiene cabida en el mundo del siglo XXI. Divide y vencerás. Los conflictos generan más dividendos para los traficantes de armas, destruyen generaciones enteras, envenenan el espíritu humano devolviéndonos a las etapas más oscuras de la historia de la raza humana. Hemos "avanzado" como especie dejando atrás el concepto de "clan", de tribu, creando naciones, para ahora comenzar a segregarnos de nuevo, en busca de una falsa identidad creada por unos pocos interesados para arrastrar a las masas alienadas. 

Los ideales que han buscado la unión de todos los hombres, independientemente de su raza, nacionalidad y/ religión, fracasaron porque no tenían cabida en el mundo neoliberal y basado en el consumo de masas que "el poder global" tenía diseñado cuando nos permitió alcanzar cierto grado de bienestar. Los derechos adquiridos durante años de lucha por el obrerismo, el feminismo, los defensores de los derechos humanos, los ecologistas, corren el peligro de desaparecer engullidos por el nuevo individualismo que, basado en la idea de que los recursos naturales van desapareciendo y hay que acapararlos por países a toda costa, nos arrastra sin remedio a nuestra propia extinción.

La ONU debería convertirse en un organismo fuerte, global, que solucione los problemas del mundo, dejando atrás los intereses particulares de los países más poderosos. Pero eso es una utopía, al menos de momento.


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