Entrevista del Inconstante al Inconstante

Lo mejor de tener problemas mentales es poder hablar con uno mismo a menudo. Si, además, se sufre de egocentrismo agudo, no se puede tener mejor compañero de conversación. Publico aquí la entrevista que me he hecho a mi mismo, cansado de esperar a que Buenafuente, el Gran Wyoming, o Punset me inviten a sus respectivos programas.

Yo: Bueno, pues empezamos la entrevista por una pregunta que le habrán hecho a menudo. ¿Por qué el nombre del blog, La Vida del Inconstante?

El Inconstante: Pues porque tengo la fea costumbre de no acabar lo que empiezo. Soy un hombre de principios, exclusivamente. Así que, espabila, que te dejo la entrevista a medias y me quedo tan pancho.

Yo: Ejem. Vale. Una pregunta que se harán muchos de los lectores del blog. Tratas con total naturalidad lo de la enfermedad mental que padeces. ¿Es cierta, o inventada?

El Inconstante: Dejando de lado que tengo 4 seguidores en el blog, supongo que muchos se lo preguntaran. Pues es cierto. Soy un maniaco depresivo con papeles, en tratamiento actualmente con antidepresivos y tranquilizantes; pero no estoy tan mal como otra gente que conozco, que piensan que están cuerdos y deberían acudir a un centro de salud mental lo antes posible. Personalmente, creo que los locos están ahí fuera, pensando que su desmedida ambición, codicia y afán de competición, es cosa de personas estables emocionalmente. No obstante, la línea que divide locura de genialidad es muy borrosa, sin querer considerarme un genio, válgame Dios...

Yo: ¿Cuándo empezaste a notar que padecías una enfermedad mental?

El Inconstante: Sin duda cuando me casé por la Iglesia -completamente enamorado y consciente, eso sí, con cara de gilipollas. Por supuesto tenía el atenuante de casarme de penalty, como Dios manda...

Yo: ¿Tu mayor miedo?

El Inconstante: Los políticos. Superé el asco y terror a las cucarachas, heredado de mi madre. Ahora las cojo hasta con la mano. Pero lo de los políticos me supera, son una mezcla explosiva de estupidez y deshonestidad...

Yo: ¿Cómo ves el futuro?

El Inconstante: Lejano. Mi futuro se limita a las 24 horas siguientes a despertar. No miro más allá, me hace daño al estómago.

Yo: Porque, también eres un poco hipocondriaco, ¿no?

El Inconstante: Algo. No puedo saber de enfermedades porque me creo que las tengo todas. Ahora creo que estoy desarrollando un cáncer de próstata, porque fui al cine a ver Biutiful y claro...

Yo: Volvamos a tu inconstancia. ¿Es algo de aplicación general o tienes excepciones?

El Inconstante: Las mujeres, mi paternidad, leer, y el tabaco. Se que el tabaco y las señoritas me hacen daño, pero no puedo evitarlo. Creo que todas las mujeres tienen algo digno de enamorar, aunque debería concretar que es el amor que siento por mi pareja actual lo que me tiene enganchado. Cuanto más tiempo pasamos juntos, más le gusto -o al menos eso dice ella-, así que no me queda otra que corresponder con creces. Tiene mérito aguantarme...

Yo: ¿En qué estás trabajando ahora mismo?

El Inconstante: Estoy escribiendo un musical basado en mi adolescencia, cuando soñaba con ser una "rock'n'roll star", con música de Loquillo. Esto no lo pongas porque aún no he hablado con él, e igual  me gano una tunda.

Yo: ¿De Loquillo?

El Inconstante: No, de la SGAE...

Yo: ¿Gustos musicales?

El Inconstante: De todo, la verdad, excepto canción del verano, Lady Gaga y similares. Adoro el flamenco, el blues, el jazz, la música clásica. Soy bastante heterogéneo en gustos musicales, aunque si tuviera que quedarme con algún músico en particular, elegiría a Neil Young.

Yo: ¿Una frase que te defina?

El Inconstante: De tan honesto, gilipollas. También "libro abierto" podría definirme bien, soy muy alcahueta para conmigo...

Yo: Bueno, pues creo que ya vamos a terminar la entrevista.

El Inconstante: Mejor, porque ya te iba a contar una milonga para que te fueras a tomar por culo.

Yo: Vale, pues gracias por tu tiempo.

El Inconstante: De nada, hombre. A mandar... Por cierto, ¿y esto cuándo lo ponen?

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