La hija que Cirila perdió por no saber inglés
Un tribunal de EE UU retira la custodia de su hija a una inmigrante.
Hace ocho meses que la mexicana Cirila Baltazar Cruz, de 34 años, llegó a un hospital de Pascagoula, Misisipí (EE UU) para dar a luz a su tercer hijo: una niña a la que llamó Rubí. Y hace ocho meses que no la ve. Se la quitaron a los dos días de nacida. Cirila, de origen indígena, fue acusada de negligencia infantil y una orden judicial le retiró la custodia de su hija. Un tribunal estatal refrendó la decisión en mayo. Cirila nunca supo de qué se le acusaba. No habla inglés y no domina el castellano. La niña ha sido puesta en adopción.
Los problemas comenzaron en el hospital. Cirila habla chatino. Una lengua que comparten unas 50.000 personas y que es originaria de Cienequilla, en el Estado de Oaxaca, al sureste de México. Habla castellano, pero se nota incómoda. Con palabras inseguras, sólo encuentra una razón posible por la que se llevaron a Rubí: "Debieron de haber pensado que yo no era una buena madre". La mujer trabajaba como camarera en un restaurante de comida china en Biloxi, a 40 kilómetros de Pascagoula. Cirila había acudido al hospital acompañada por un familiar, que se ofreció como intérprete pero que fue rechazado por la administración del centro. Le fue asignada entonces una intérprete de español e inglés, que fue la que denunció a Cirila.
En un documento presentado en el tribunal, la intérprete afirma que planeaba "dar a su hija en adopción y volver a México" y que al no hablar inglés "ponía en riesgo" al bebé. Cirila lo niega categóricamente. "Yo nunca pensé abandonar a mi hija. Yo soy la madre de la niña y ella tiene que regresar conmigo", explica.
Cirila y sus familiares acudieron a la Asociación por los Derechos de los Inmigrantes en Misisipi (Mississippi Immigrant Rights Association, en inglés). Su coordinadora, Vicky Cintra, explica que el caso es un "brutal atropello" que refleja "la discriminación y desamparo" al que se enfrentan los inmigrantes ilegales en EE UU y, concretamente, los de origen indígena. "Este es un caso que refleja las barreras que el idioma impone a muchos inmigrantes", añade. Sobre la dificultad de hallar a una persona que hablara chatino, Cintra relata que contactó en "unos minutos" con una intérprete de chatino y español, la cineasta y activista Yolanda Cruz. Los fiscales han acusado a Cirila de negligencia, de "poner a su hija en riesgo" por no hablar inglés en el momento en que pidió la ayuda de unos policías cuando se dirigía al hospital y de no tener los medios suficientes para hacerse cargo de su hija. Además de Rubí, Cirila tiene dos hijos más que viven con su abuela en Oaxaca. Es responsable del sustento de los tres.
El caso de Cirila es inusual, pero difícilmente es aislado. Varias organizaciones han denunciado que cada vez son más los inmigrantes ilegales que pierden la custodia de sus hijos en batallas legales similares. Un artículo del diario The New York Times publicado en abril pasado relata que la guatemalteca Encarnación Bail Romero perdió la custodia de su hijo Carlos, de 2 años. Fue adoptado por una pareja de Missouri (EE UU) y cuenta que existen, al menos, dos casos más en otros Estados del país. El abogado especializado en inmigración Christopher Huck explica que "en estos casos no hay realmente un ganador".
La decisión de la juez Sharon Sigalas se basa, según el dictamen, en que la madre "no habla inglés", "carece de medios económicos" y "es una inmigrante ilegal". El tribunal ha concedido la custodia, en primera instancia, a una pareja estadounidense. El Gobierno mexicano anunció ayer en un comunicado que Cirila ha sido víctima de "discriminación y violación a los derechos humanos" y anunció que usará "todos los recursos legales a su alcance". La secretaría de Relaciones Exteriores mexicanas añadió que investigan otros tres casos de niños mexicanos que han sido arrebatados de sus padres migrantes en circunstancias similares.
(Fuente:El País)
Este caso es uno de los que me hacen pensar que no hemos avanzado nada. Cuando un país que nació de la rebelión contra un imperio se convierte en otro imperio, delimitando los derechos contenidos en su Constitución a aquellos que pueden pagar un buen abogado, es que nada de lo que contiene esa declaración de principios, que es origen del "sueño americano", es cierto.
Quitar un hijo a una madre es uno de los delitos más execrables que se pueden cometer por parte de un estado. La excusa puede ser el idioma, como es el caso que nos ocupa; puede ser el afán evangelizador junto con el odio a los que tienen otra ideología, como lo sucedido en España con miles de niños de republicanos que fueron adoptados por familias "como Dios manda" para salvarlos de las influencias perniciosas del comunismo o, más recientemente, en Argentina y Chile con las dictaduras asesinas.
Habrá quién afirme que el deber de un inmigrante es adaptarse al país de acogida, comenzando por la lengua oficial, pero que le pregunten a los españoles que tuvieron que ganarse la vida en Alemania, Suiza, Inglaterra. Hay muchos que aprendieron la lengua de sus empleadores, pero muchos otros se volvieron sin haber aprendido más que lo imprescindible.
Lo más grave en este caso es que no se trata de un caso aislado, lo que pone aún más en entredicho la denominación "land of the free" del país norteamericano. Lo que no termino de entender es el papel que juega el primer interprete al que llamaron. En algún momento de la vida hay que tomar partido contra la injusticia a favor de los indefensos, cosa que el interprete en cuestión no debió hacer visto los resultados de su intervención. Pero son cosas del sistema estadounidense, copiado del antiguo Imperio Romano, de convertir en más papistas que el papa a aquellos que logran la ciudadanía. Es un nacionalismo rancio, por lo antiguo del planteamiento, pero que aún funciona.
Ahora bien, quien tiene la culpa de todo, es el corrupto gobierno mexicano. Cualquier país que se gobierne permitiendo que sus ciudadanos tengan que marcharse a buscarse la vida a otro país vecino es un país irresponsable, máxime cuando México tiene recursos suficientes para todos pero muy mal repartidos, unos pocos tienen todo y unos muchos no tienen nada.
Y que conste que llevan muchos añitos ya libres del yugo imperialista español, que no vale la tan manida excusa de Hernán Cortés saqueando a los aztecas como culpable de todo.
Y que conste que lo que afirmo se puede extrapolar a multitud de países de la actualidad, tanto de Hispanoamérica como de África, Asia, Europa, etcétera; no se me vayan a mosquear por una cuestión patriotera. Gobiernos de esa ralea tenemos todos en nuestro haber, pasado, presente o futuro. Aunque parezca que evolucionamos, la verdad es que vamos para atrás como los cangrejos, pero como los cangrejos rojos americanos, que a los autóctonos se los comieron al son de frases de Tennessee Williams.
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