El acuerdo social
Parece que ya se han puesto de acuerdo para terminar de jodernos con el tema de las pensiones. Ninguno de los presentes en la mesa de negociaciones, por edad, se verá afectado por esta reforma del sistema. El problema no es el retraso de la edad de jubilación, el verdadero problema es que, con el mercado laboral existente, será difícil que los más jóvenes puedan reunir los años necesarios de cotización para disfrutar de un retiro digno. Eso abre la puerta a los tiburones que nos han metido en la crisis para que nos vendan sus preciosos planes de pensiones privados. Ahora tendremos que destinar parte de los exiguos ingresos del trabajo en una hucha gestionada por la banca, con la que podrán especular libremente.
Pero nadie habla de los salarios, las condiciones del mercado de trabajo, la indefensión del trabajador frente a la patronal y sus sicarios, los sindicatos mayoritarios. Abren la puerta a una nueva sociedad, más dividida que nunca, en la que el que no pueda pagarse un complemento para el retiro estará destinado a convertirse en un paria sexagenario; mientras, los que sí tengan el poder adquisitivo necesario para ahorrar, tendrán reservado un lugar en el maravilloso mundo del mercado destinado a la tercera edad.
Me parece cojonudo porque, yo no se ustedes, pero yo cuando no pueda vivir con la pensión voy a dedicarme a atracar bancos, secuestrar millonarios, o a hacer terrorismo de jubilado. Ya mismo empiezo a formarme para guerrilla urbana senil. Llevaré una hoja afilada en el bastón y granadas de mano en el suspensorio. Irse preparando.
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