El luchador
Antes de empezar este post, dejaré claro que no pretende ser una crítica de cine, nada más lejos de mi intención. Para ser crítico de alguna de las Artes, como para ser profesor de facultad en este país, primero hay que ser un completo desconocedor de la práctica del Arte sobre el que se pretende hacer comentarios. En el cine es donde mejor se puede comprobar este extremo, ya lo dejó plasmado Nanni Moretti en "Caro Diario", ya que son seguidos por una inmensa mayoría de personas que no tiene criterio propio para elegir qué ir a ver al cine. Una vez que les dan un espacio en una publicación y les ríen las gracias un par de lectores, se convierten en jueces supremos del séptimo arte, perseguidores del santo grial de 35 mm., o el "ratatouille" perdido en sus recuerdos de infancia. Sólo así pueden explicarse críticas, como la que hizo Rubén Romero en el diario Público (viernes 20/02/2009) sobre "El luchador", que destilan mala leche y una falta de respeto que sólo refuerzan lo que afirmo en esta parte del post.
"El luchador" puede no ser una gran película, pero Mickey Rourke encaja en el papel porque "nadie como él refleja la decadencia humana", como afirma Rubén Romero en su crítica, pero nadie dijo que para ser actor hay que ser un dechado de virtudes. Por ejemplo: Errol Flynn, en sus fiestas de Hollywood, solía tocar el piano con su pene, fue juzgado y absuelto de violación en 1942, por nombrar algunas de sus perlas biográficas, y murió arruinado, destrozado por las drogas y el alcohol. Pero ahí está su legado: el "gentleman" del star system de su época.
Por otro lado, Carmen de Mairena podrá ser un personaje impresentable, pero tras el maquillaje y la deformidad hay un ser humano. Mejor es Carmen de Mairena, que cualquiera de los indeseables de traje y corbata que pagamos todos y que, encima, nos roban descaradamente, enchufan a su parentela y atufan a corrupción tras los oropeles de sus campañas electorales hechas a medida. Pero volvamos al cine, que es lo que estamos tratando aquí. La película de Darren Aronofsky no es una gran cinta, pero presenta una de las caras más reales y sórdidas de los EE.UU., un país repleto de bares de "strippers" y "wrestling", y eso es un ejercicio de autocrítica que no es corriente en la cinematografía estadounidense. De todos modos, para gustos, los colores. En lo que coincido con Rubén Romero es en su opinión sobre la película del mismo director que él denomina "excremento metafísico", "La Fuente de la Vida". No hay por dónde cogerla, pero de ahí a adjetivarla de esa manera, hay un abismo.
En resumen: a mi me gustó la película de Rourke. No es Fassbinder, pero se deja ver. Y respecto a la crítica mencionada: repítala delante de Mickey Rourke o deje la crítica para hacer cine. Después de que experimente esa aventura que supone rodar, seguro que sus críticas serán más constructivas. A menos que me diga usted que es profesor de alguna escuela de cine oficial: entonces todo quedará explicado, como dije más arriba.
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