10 razones para seguir fumando




Ya estamos a las puertas del nuevo año y, como siempre, ya estamos todos haciendo planes de cambio y propósito de enmienda para 2010. Yo he decidido que no voy a dejar de fumar, porque siempre empiezo el año con la sana intención de abandonar el insalubre hábito y nunca lo hago, así que este año pretendo NO dejar de fumar.

Mis 10 razones para no dejarlo:

1. Tradición: Mis dos abuelos fumaban. Uno de ellos incluso murió a causa del tabaco, a decir de los médicos -que, por cierto, casi todos fuman-, aunque sospecho que la polución, las radiaciones de los electrodomésticos y las porquerías que nos dan de comer, también tuvieron su parte de culpa. No voy a abandonar una tradición familiar así como así.

2. Para ayudar al sector agrícola que produce el tabaco. ¿No estamos en crisis? Lo que no voy a hacer es dejar a un montón de familias en la ruina...

3. Para aportar  mi granito de arena a las arcas del Estado. El país necesita más que nunca de los impuestos que cobran con el tabaco. Porque, una cosa es aconsejar que se deje de fumar y acosar a los fumadores sin tregua, y otra bien distinta es dejar de ingresar las enormes cantidades de dinero que genera este habito insano. Fumar no se si fuman, pero vergüenza les queda poca. ¿Para cuándo una bonificación en los impuestos para los fumadores recalcitrantes?

4. Para que me devuelvan lo ingresado en mi cuenta de la Seguridad Social, aunque sea en respirador artificial, botella de oxigeno y marihuana medicinal cuando me salga el inevitable cáncer de pulmón. Además, sarna con gusto no pica... Hay que ser consecuente con los propios actos.

5. Porque estoy mayor para adquirir otros vicios. No puedo beber de más, no puedo ir con mujeres -bajo pena de muerte, según advertencia de la parienta-, no puedo comer de todo porque tengo colesterol y problemas digestivos. No puedo tener más hijos porque mi estado mental no me lo permite, además de porque son muy caros...

6. Porque si no fumara, me estaría subiendo por las paredes de los nervios. Digan lo que digan los médicos, a mi me calma el animo echar un cigarrito. Si algún día me encuentro con alguno de mis archi-enemigos estando sin fumar, puede que termine en El Puerto II, porque se me va a ir la pinza y voy a esparcir los sesos de que tenga la desgracia de cruzarse conmigo, a base de darle golpes en un adoquín de la acera.

7. Para poder seguir disfrutando de un café mañanero y un cigarro, nada más despertar, porque no hay nada que motive más para levantarse temprano que tener un vicio esperando.

8. Para seguir teniendo una vida sexual sana. ¿Quién cojones quiere echar un polvo si no es para fumarse, después de una buena faena, un cigarrillo?

9. Porque si con cada cigarro me quito tiempo de estar en este "valle de lágrimas" que es la vida, así me ahorraré muchos disgustos: terminar en un asilo, o en la puta calle con una manta y un perro mellado llamado Spooky;  ver cómo este mundo se va al carajo porque medio mundo piensa en llegar a Marte y el otro medio, por desgracia, no piensa más que en llegar a acabar el día, etc. Es mi forma de apoyar la eutanasia programada...

10. Porque tengo mi propia forma de pensar, actuar, sentir, y no necesito que nadie se meta en cómo llevo mi vida; y mucho menos el Estado que se gasta millones en armamento, miles de millones en sueldos para corruptos; publicidad de lo bien que lo hacen, cuando en realidad lo hacen todo con el culo, etc, etc, etc.




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