Soñando
El niño que soñaba se convirtió en un hombre adulto. Sin embargo, siguió soñando con mundo invisibles que sólo él podía ver, a pesar de que la vida se empeñaba en hacerlo caer al abismo de la realidad constantemente. Tanto luchó por seguir soñando, que un día su mente dejó de funcionar en el plano tangible, fundidas sus neuronas de la tremenda lucha interna que se desarrollaba en el pequeño universo de impulsos eléctricos de su cabeza.
Moraleja: deja de soñar, imbécil...
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