La inconstancia como patología



El calor me está afectando seriamente. Me vuelvo incubo demente...


Ser inconstante, las más de las veces, resulta una frustración constante.
Paradójico, ¿verdad?

Soy un hombre de principios, por eso no acabo nunca lo que empiezo.

Sólo mis pulmones son perseverantes, tanto en su función vital, como en la que se refiere al vicio de fumar.

Mi lucha diaria es la negación de la realidad. Cuando esté tan loco como para ignorar el mundo real, volveré a reír. Aunque es difícil, por aquello de la inconstancia, mantenerse firme en el empeño.

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