Visita al Loquero

Parece ser que mi loquero es un hombre no sólo de Ciencia, sino además un amante del Arte (claro que, si yo cobrara lo que él cada vez que tengo que aguantar a un arquitecto, también podría ser un amante del Arte, bastante compulsivo además). Me encontré en la sala de espera el tomo de Taschen de la obra completa de Leonardo Da Vinci. Qué disfrute hojear las enormes páginas de la publicación con los trabajos del gran maestro mientras esperaba mi turno. 

Me ha visto bastante bien, tanto que hemos decidido espaciar más las visitas, aunque creo que ha influido bastante el que no le haya comentado las crecientes ganas que me están entrando de hacerme talibán del patrimonio y empezar a degollar gentuza que, escondida tras un puesto en la administración o una licenciatura en albañilería para mariconas, pretende hacerse pasar por defensora de nuestra herencia histórico-artística cuando, en realidad, están permitiendo que se cometan atrocidades contra la misma. Total, para que le voy a dar la chapa con lo mismo de siempre. 

Hemos conversado tranquilamente sobre mi estado actual y otros asuntos, que el hecho de que me cobre no es óbice para que tenga el hombre que sufrir lo que mi familia y amigos de oficio. Podré ser un misántropo, pero no un sádico, todavía... El dictamen médico ha sido favorable, que es lo que importa. Luego hemos charlado sobre guitarras. Muy emocionado yo con mi regalo de reyes, hasta que me ha confesado que viaja próximamente a Nueva Orleáns y pretende traerse una Gibson acústica. Pasmosa la calma con la que lo ha dicho, como el que va a comprar un cuarto de puntillitas al freidor de la Plaza de las Flores. Ventajas de dejarse las pestañas estudiando medicina, supongo...

También ha salido el tema de mi archienemiga Movistar. Me alegró, debo reconocer, saber que a él también lo han intentado chulear con el iPhone 3GS, con la diferencia de que no lo han conseguido porque puede permitirse mandarlos a la mierda y comprar uno libre. Le gustó mi pretensión de volver al mundo analógico de antaño, de cabinas telefónicas; papel, lápiz y goma Milán. No cree que pueda llevar a cabo tan empeño, al menos antes de la futura crisis energética mundial, pero no le parece mal que lo intente.

En fin, que de momento puedo estar tranquilo en mi parsimoniosa vida dividida en días. No pensar en el mañana está teniendo éxito de momento. Mi segura incorporación a Radio Colifata puede esperar...


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