Primer día en Santiago
Como si me hubiese sido concedido un deseo,me despierto en mi habitación de la Residencia Fonseca.Sólo el movimiento de mis tripas bajas me recuerda que no soy un estudiante joven.Son cosas de la edad,me voy pudriendo por dentro.He decidido, si él está de acuerdo,mandar aquí a mi hijo a estudiar.Espero poder hacerlo.
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