Desconfía de los diagnósticos
Hoy he ido al médico de cabecera o de familia, como se le llama ahora, no se si por influencia de la serie de Emilio Aragón Milikito o porque suena más cercano y chachipiruli. Llevo un mes con un dolor constante en el oído derecho que empieza como un hormigueo y termina convertido en una quemazón intensa y dolorosa. El doctor que me ha atendido me ha examinado el conducto auditivo y me ha dicho que estaba más limpio que una patena, descartando infección o tapón de cera. Luego, como llevado por una inspiración hipocrática, me ha mirado, ha puesto sus manos en mi mandíbula y me ha hecho abrir y cerrar la boca.
"Ya lo tengo. Es una ATM..." Ha diagnosticado con una seguridad pasmosa. "Nada, nada, eso es una dolencia común, de la tensión y el estrés."
Luego, me ha despedido sin más, sin ni siquiera recetarme los anti-inflamatorios que me ha aconsejado tomar. Creo que es la primera vez que salgo de una consulta del SAS sin una receta. Deben ser los recortes. Luego he estado pensando que, como buen hipocondriaco, ese diagnóstico ya lo había descartado yo porque el dolor a veces se me extiende hacia el mismo lado de la garganta. Habría jurado que tenía todos los síntomas de un cáncer de garganta en estado temprano, pero como no soy médico tendré que aceptar el emitido por el profesional. Pero no dejo de preguntarme sino tendrá que ver con el tema de los mencionados y tan traídos recortes en Sanidad. Igual les han dicho que larguen a la gente a casa a no ser que supongan un riesgo epidémico o estén irremediablemente en estado de obligado tratamiento y gasto público.
En fin. Mejor no pensarlo. Si quieres días felices, no te analices.
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