Shangai, o la hipocresía de los "países civilizados"
Ayer se clausuró la Exposición Universal de Shangai. Todo un éxito según la organización, claro que cualquiera discute con la organización, acostumbrada a acabar con cualquier opinión contraria al régimen a base de ejecuciones, tortura, detención ilegal, etc. El premio Nobel de la Paz Liu Xiaobo sigue sin poder salir a recoger su premio, de hecho sigue sin poder salir en general, retenido en su domicilio por las autoridades chinas. Mientras, los países "civilizados", disfrutaron de la clausura sin pararse a pensar en el favor que están haciendo a un régimen totalitario y comunista disfrazado de capitalista liberal. Favor basado en el desequilibrio de la balanza comercial de la mayoría de países que tratan con estos mercachifles de la muerte.
Es completamente acertado aquello de que de una dictadura de derechas se sale con más facilidad que de una de izquierdas, aspavientos de modernos aparentemente progresistas incluidos.
El gobierno chino ha abierto la economía china al mercado libre jugando con ventajas claras: mano de obra esclava, materias primas que se extraen sin las condiciones exigidas por los organismos internacionales, obras faraónicas que han provocado un impacto medioambiental todavía incalculable, saturación del mercado con baratas copias de productos de otros, y/o localización en suelo chino de empresas internacionales que hacen la vista gorda a las condiciones precarias en las que trabajan los obreros, ávidos de los pingües beneficios derivados de esta situación, etc... Una inteligente manera de conservar las prerrogativas del partido y de enriquecer a las clases dirigentes, manteniendo un sistema político artificial. China caerá por su propio peso, por la complejidad de su sociedad, tanto racial como culturalmente, pero mientras se le habrán consentido barbaridades sin número para que podamos permitirnos en el "primer mundo" seguir consumiendo a precios asequibles los productos de la fábrica del mundo.
Mientras tanto, la potencia imperialista norteamericana empieza a preocuparse de la futura perdida de su hegemonía en el orden mundial, habida cuenta de que la voracidad china por recursos naturales como el petróleo empieza a dar las claves de un nuevo orden mundial. El desarrollo de una fuerza naval sin precedentes para la Armada china parece indicar que la superpotencia empieza a planificar un despliegue que permita a su ejercito garantizar los tratados comerciales, al estilo norteamericano pero sin bases militares, de momento.
Con un mundo occidental sumido en la debacle económica, política y social, superado por las circunstancias actuales que empiezan a dibujar nuevos escenarios internacionales, China tiene muchas posibilidades de posicionarse como una fuerza antagónica a los Estados Unidos. Curiosamente, otro país en el cual la pena de muerte está permitida.
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