Qué arte tiene mi niña. Se mueve como la brisa fresca de las noches de verano, suave y cadenciosa. Qué bonita es, con sus pies menudos, sus cabellos rubios y su pálida tez de lady inglesa con acento gaditano. Qué pequeño tesoro, tan cargado de joyas, que deslumbra cuando el sol acaricia su cuerpo.
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