Desde mi azotea.
Desde mi azotea se ve el mar. Es el mismo mar que me ha bañado esta misma tarde, despojándome con su salado abrazo de olas de las inquietudes y preocupaciones del día a día. Veo los barcos alejarse rumbo al horizonte, dejando su estela en el azul inmenso que se extiende entre Cádiz y el Nuevo Mundo. Un océano que me separa de mi nuevo sobrino recién nacido y mi hermana, ahora madre. Un día de estos podré dejar atrás mi vida y viajar al país del sueño, del sueño americano, asido por unos momentos fugaces y perdido por la "saudade", ahora recuerdo sin fotografías; no hay pruebas, es como un duermevela constante en el recuerdo.
Huelga de transportes. El país a borde del colapso porque los precios del gasoleo no dejan de subir. ¿De quién es la culpa? ¿Quién tiene en su mano la solución al problema? Es fácil: no hay solución, y esto sólo es el principio del fin de la era del petróleo y sus derivados. Cuanto antes aceptemos la realidad, antes encontraremos una solución. Pero mientras las carreteras del país se llenan de camiones parados y tractores, piquetes incendiarios y violencia, los diputados de la nación se entretienen en ver el partido de fútbol de la selección -que igual gana la Eurocopa para que se calmen los ánimos en el país- o en celebrar un "superoseatelojuroporsnoopy" cumpleaños a Soraya Sáez de Santamaría. Qué suerte tener un país adocenado y alienado que te vota sin pedir cuentas durante cuatro años.
Hoy he vuelto a disfrutar de la literatura: "Ulisen Cai" es el título del libro que me ha devuelto la ilusión perdida entre tanto best-seller y biografía barata. Lo recomiendo a todo aquel que guste del placer de un buen libro, con el aliciente de tener como escenario de su desarrollo cuántico la hermosa ciudad de Cádiz. Lo poco que llevo leído me ha gustado sobremanera. Chencho no sólo es un apasionado librero con mayúsculas, librero de los de antes, de los que aman el papel impreso con contenido y no sólo el papel moneda, como otros que se denominan libreros siendo mercachifles de la oferta y la demanda, el premio Planeta y los libros del Papa. Una visita a su pequeño dominio es más enriquecedora que cualquier artificio oculto tras libros que tratan de libros que tratan de libros en una cinta de Moebius intragable. Te aconseja y comenta sobre el libro usado con el esmero y sabiduría de un sumiller de letras. "Azul, como el mar de Càdiz", a la espalda del chalet de Varela, una librería para amantes de los libros y, a partir del "Ulisen Cai", santuario de escritor. Más adelante, y previa visita a Chencho, publicaré mi crítica literaria aficionada sobre el libro.
Hoy he vuelto a disfrutar de la literatura: "Ulisen Cai" es el título del libro que me ha devuelto la ilusión perdida entre tanto best-seller y biografía barata. Lo recomiendo a todo aquel que guste del placer de un buen libro, con el aliciente de tener como escenario de su desarrollo cuántico la hermosa ciudad de Cádiz. Lo poco que llevo leído me ha gustado sobremanera. Chencho no sólo es un apasionado librero con mayúsculas, librero de los de antes, de los que aman el papel impreso con contenido y no sólo el papel moneda, como otros que se denominan libreros siendo mercachifles de la oferta y la demanda, el premio Planeta y los libros del Papa. Una visita a su pequeño dominio es más enriquecedora que cualquier artificio oculto tras libros que tratan de libros que tratan de libros en una cinta de Moebius intragable. Te aconseja y comenta sobre el libro usado con el esmero y sabiduría de un sumiller de letras. "Azul, como el mar de Càdiz", a la espalda del chalet de Varela, una librería para amantes de los libros y, a partir del "Ulisen Cai", santuario de escritor. Más adelante, y previa visita a Chencho, publicaré mi crítica literaria aficionada sobre el libro.
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