Dedicatoria
En casa de mis padres me han traído los Reyes Magos: cinco pares de calcetines línea "Fantasía" y un libro de cuentos.
Cuando volví a mi casa, después de aparcar el coche y saludar a mis vecinos, me eché en el sofá a liarme un cigarrillo. Cuando encendí el pitillo empecé a hojear/ojear el libro de cuentos. De repente reparé en la primera página del cuento, allí, en trazos "Bic" en rojo, bajo el título en "Times New Roman" del libro, se encontraba escrita una dedicatoria que mis padres me habían firmado:
(en la peculiar ortografía de mi madre, en mayúsculas caligráficas; de zetas como dos, emes como cojas de la izquierda y oes como pequeños círculos, perfectamente idénticos como estrellas de tinta sobre cielo papel Galgo, decía lo siguiente:
"LO QUE HOY SIENTE TU CORAZÓN
MAÑANA LO ENTENDERÁ TU CABEZA.
CON CARIÑO CON LA SEGURIDAD
DE QUE TIENES UN GRAN CORAZÓN"
En nuestra familia inventamos, mucho antes de existir la
red, un cyberespacio poblado de millones de cariños que flotaban en el aire cual blogs desconectados entre si pero formando parte de un todo común, una expresión individual con metamorfosis en amor globalizado. Eso era nuestra relación familiar, que sólo se apreciaba tras llegar a la madurez, tener hijos propios y ser padre/madre: un enorme cariño y amor en silencio soportando sobre sus fornidos hombros la familia, meciéndola acompasadamente cual paso de palio en Semana Santa sevillana, de vez en cuando racheando y "todosporiguá, valientes", pero de principio a fin por la "carrera oficial".
Se sabía de los sentimientos, pero no se hablaba de ellos, como las meigas, ya saben, que haberlas...
Por eso ha significado tanto para mi esta dedicatoria, porque es como si hubieran esculpido a partir de un bloque de mármol de escultura miguelangelesca, una enorme muestra de afecto, amor, comprensión, cariño, respeto, reconocimiento, tan sólo vistas en aquella película italiana de Ettore Scola, con Vittorio Gassman de protagonista, sobre una "famiglia".
Ahora encontré mi sitio en la vida, se a quién pertenezco y me pertenece; me encuentro en ese momento en el que todo tiene un lugar y siento que todo en mi vida me ha conducido a esto. Veo la vida como un enorme puzzle recién terminado de encajar en su última pieza, perfecto en su esencia vital.
Os quiero, padres, y así os lo digo en este post, con mucho cariño y afecto, y lo dejo colgado en el espacio virtual, que es alma del mundo real, no invención de éste, infinito en su inmensidad y diversidad.
Besos
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