On the beach
La playa está hasta la bandera; azul, por supuesto, que para eso se lo curran duro los encargados del mantenimiento de playas de Cádiz. La pena es que basta con quedarse hasta los últimos estertores del atardecer, que sepulta el sol tras la silueta del Castillo de San Sebastián, para darse cuenta de que la mayoría de los que abandonan la arena lo hacen dejando tras de si un montón de mierda. Ergo, no tienen la educación suficiente para darse cuenta de que al día siguiente volverán a la playa y que, si no fuera por esos trabajadores, se encontrarían un vertedero en vez de un lugar público dedicado al ocio y esparcimiento.
Es triste ver como seguimos viendo el mar como un gigantesco basurero. No hay más que ver los resultados de las campañas de limpieza de nuestro litoral, con fines tanto regeneradores de entornos como de conciencias. Desde lavadoras a dispensadores de tampones, pasando por un sinfín de plásticos que han llegado ya a formar una masa flotante de igual tamaño a Francia en el Pacífico.
Los que me dan pena son los peces, que por no dejarnos mierda a nosotros, hasta se hacen las necesidades encima...
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