Aquellas pintas de antaño...
Hoy he estado recordando aquellos años en los que nos dio por llevar las perneras de los pantalones como si fuésemos a pescar ranas, expresión muy usada por mi padre cada vez que me veía salir a la calle con aquella facha. Recuerdo mis primeros pantalones Levi´s, unos etiqueta blanca de color rojo que no volvería a vestir ni aunque me fuera la vida en ello. Recuerdo los esfuerzos que tenía que hacer para mantener los bajos recogidos con cinta aislante, ya que mi madre se negaba a estropear los pantalones cortándolos para cumplir con los preceptos reinantes en la moda juvenil de la época. Es curioso cómo este tema no suele salir mucho a relucir en las conversaciones con los amigos sobre esos tiempos. Ahora nadie recuerda haber llevado los pantalones por encima de los tobillos, ahora esa forma de llevar los pantalones se ha convertido en una prenda propia, el pantalón pirata. Para mi todo terminó cuando mi padre, de vuelta de un viaje de negocios a USA, nos trajo unos Levi´s 501, pero con la condición expresa de no lucirlos al corto. Coincidió con mi cambio del colegio de curas a un instituto público, con mi apertura de miras gracias a la influencia de nuevos amigos que militaban en el sector de los rockeros. Terminó mi etapa de aprendiz de pijo, para entrar de lleno en el mundo de las botas militares, las camisetas de grupos musicales, el aprender a tocar la guitarra eléctrica y empezar a tener problemas con mis progenitores. Empezaron a echar de menos aquellos días de pantalones por encima del tobillo, asustados por la perspectiva de tener que enfrentarse a un hijo que empezaba a presentar signos más que evidentes de consumo de drogas y alcohol.
Cuando me sorprendo a mi mismo, cada día más frecuentemente, pensando en términos de comodidad a la hora de elegir atuendo antes que en términos de moda, me entra pavor ante la idea de estar convirtiéndome en un señor de aspecto clásico. Se me pasa cuando me cuelgo un rato la guitarra eléctrica y toco algunos temas de los Ramones, pero se que es una metamorfosis imparable cuando quito la distorsión y empiezo a tocar el Autumn Leaves o cualquier otro estándar de jazz...
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