Lugares en mi memoria: Springsweet Lane, Raleigh (NC)




En este complejo residencial viví la mayor parte de mi estancia en Estados Unidos, compartiendo apartamento con mi tía Ana y su marido Peter. Yo ocupaba la habitación de la parte alta, una especie de buhardilla con cuarto de baño propio. El complejo contaba con piscina, gimnasio, lavandería, campo de voleibol y aparcamiento para residentes, por lo que la vida en él era realmente cómoda. Tenía el William B. Umstead State Park justo detrás, lo que nos daba la oportunidad de disfrutar de agradables paseos a través de caminos forestales bucólicos, aunque yo siempre andaba precavido ante la posibilidad de encontrarme con la plaga de bichitos verdes fluorescentes de aquel capítulo de los X-Files. El bosque es bonito, pero acojona cuando se tiene tan cerca y se escucha la vida animal haciendo ruidos por la noche.

La ubicación de los apartamentos era ideal para nosotros, ya que el cuartel general de la empresa en la que trabajábamos mi tío Peter y yo se encontraba al otro lado de Glenwood Ave. o la 70, nombre de la carretera que comunicaba también con el centro de Raleigh. 


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