Denis Maurice
Sus estancias en Florencia y Roma y el estudio de los pintores del Renacimiento y de la Edad Media le confirman en su posición: Fra Angélico será sobre todo su maestro y le enseñará que la belleza es un atributo de la divinidad. La belleza de la naturaleza es una prueba de la existencia de Dios. La belleza del cuerpo humano da al artista "la idea de lo perfecto". De este modo, al margen del impresionismo, Maurice Denis logra encontrar su expresión personal, muy influida, no obstante, por la técnica de Gauguin, en un arte que ha podido ser definido como una idealización de la carne.
Después de haber decorado numerosas iglesias y también el teatro de los Campos Elíseos, funda en 1919, con Georges Desvallières, un taller de arte sacro con el propósito de renovar la pintura religiosa. El papel de Denis fue el de un iniciador. Sus Teorías y Nuevas teorías sobre el arte moderno y el arte sacro lo muestran como escritor.
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