The End of The World
Parece que el fin del mundo tendrá que esperar. Como podéis comprobar el paso del asteroide Tutatis ha resultado ser un fiasco: estamos aquí todavía y no creo que estemos a tiempo de evitar la reunión familiar anual, los regalos del 'enemigo invisible' ni la roncha en unos juguetes con los que nuestros hijos jugarán un par de días para relegarlos al olvido después, en lo que se denomina científicamente 'efecto Buzz Lightyear'. La mierda de piedra espacial esa ha decidido pasar haciendo la cobra a nuestro planeta, lo que nos convierte en habitantes de un mojón pagafantas en el espacio. Ni siquiera tenemos suficiente magnetismo como para atraer a un pedrusco errante por el universo, lo que personalmente achaco a nuestra presencia en la superficie del orbe terrestre. El proyecto 'Mule Kick in the Face' de la NASA, consistente en pagar a Chuck Norris para que desviara el asteroide con una patada burrera, ha sido suspendido.
Pero es que lo mismo ocurre con los extraterrestres que, según Iker Jiménez y otros sabios de la nave del misterio, se acercan de vez en cuando para comprobar cómo va el experimento que comenzaron hace millones de años metiendo en una coctelera genética cadenas de ADN de todas las especies animales del planeta junto con la de un organismo unicelular licenciado en Arquitectura, y por ende imbuida de la idea de ser Dios, por la desaparecida Universidad de Marte. Yo creo que están tan convencidos de nuestra propia capacidad de acabar con la Tierra que han pospuesto indefinidamente nuestra destrucción -los recortes en el presupuesto estelar también han ayudado-, para sustituir nuestro ruidoso hábitat por un holograma galáctico que haga bonito pero en silencio.
Nos queda la fecha anunciada por los antiguos Mayas, el próximo 21 de diciembre, pero parece que también es un 'fake'. Los descendientes de los sabios astrónomos de Centroamérica afirman que en realidad lo que querían decir literalmente es: 'Comprad las cigalas para Nochebuena antes del 21 que después son más caras'.
Ni de las profecías puede uno ya fiarse.
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