Que viene el hombre del saco
No se si ustedes lo habrán notado, pero empieza a flotar en el ambiente un cierto tufo pre-bélico que asusta. La situación de crisis generalizada en el viejo continente, aderezada con la situación en Siria -equivalente de Israel en su posición estratégica en Oriente Medio para el bloque del otro lado del telón de acero-, y con la amenaza creciente de un conflicto con Irán, va prefigurando un escenario más que favorable a una nueva confrontación armada. de siempre la solución a las crisis en Europa ha sido la tradicional salida por la tangente del enemigo exterior y la declaración de guerra contra este. Además, con el progresivo envejecimiento de la población europea, queda poco tiempo para aprovechar a los más jóvenes para mandarlos al matadero por la defensa del modo de vida occidental. Visto está que los poderes fácticos empiezan a ver con recelo a tanta chavalería desocupada y sin hipotecas que tiene tiempo para salir a la calle a reivindicar derechos fundamentales que, por desgracia, los más entrados en edad y cargas no nos atrevemos a exigir más allá de Twitter.
He visto hoy ciertos artículos que van en la dirección que apunto, siempre desde mi personal punto de vista de historiador profesional:
A lo mejor es mi cerebro debilitado por el uso incontrolado de libros para escapar de la corriente de pensamiento único dominante, pero a mi esto me huele mal. Desde que triunfara la "Primavera Árabe" hay un cierto "desinteresado" apoyo de los medios de comunicación a los rebeldes contra todo gobierno autoritario en los países islámicos, contra los mismos gobiernos cuyos gerifaltes eran recibidos con todos los honores poco tiempo atrás. Curioso sobre todo en lo que concierne al desigual trato recibido por quienes pretenden hacer lo mismo en los países "demócratas" a la europea de toda la vida, salvo en determinados sectores de la comunicación, portavoces tradicionales del endeble y ocasional frente común de la izquierda contra la marea conservadora.
En fin, es una reflexión más de domingo por la mañana, de las de antes de salir a tomar unas cañas. No me hagan mucho caso.
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